La gran mayoría de conflictos entre personas (o empresas) se encuentra en la comunicación. A pesar de que todos nos comunicamos con otras personas o grupos, no siempre lo hacemos de la manera correcta.
Consecuencias de la mala comunicación
Los problemas de comunicación se presentan en todas las relaciones
interpersonales, y de no resolverse adecuadamente, pueden desencadenar batallas
interminables y malas relaciones, por ejemplo, con la pareja o la los
compañeros de trabajo. La comunicación incluye al menos dos personas, y aunque
esto parezca básico, no siempre lo tenemos en cuenta.
La importancia de la comunicación es tal que incluso los psicólogos
enseñan a sus pacientes habilidades sociales y relacionales, puesto que el
origen de los conflictos yace muchas veces en estas competencias. Asimismo, una
empresa puede ver sus resultados reducidos por la mala relación entre
compañeros de trabajo o por no ser capaz de hacer llegar a los trabajadores sus
necesidades.
Los errores de comunicación más frecuentes
Ahora bien, ¿Cuáles son los principales errores que podemos cometer los
seres humanos en torno a la comunicación? ¿Qué problemas de comunicación son
los más comunes? En las siguientes líneas te lo explico detalladamente.
Algunos problemas de comunicación básicos
Algunos problemas que pueden darse en las diferentes áreas de la vida
cotidiana (en la relación de pareja, entre amigos, en el trabajo, etcétera) son
los siguientes.
1. ¿Oír o escuchar?
Suele ocurrir que pensamos que estamos escuchando a una persona y lo que en realidad estamos haciendo es oyendo. Oír y escuchar no son lo mismo. Para poder escuchar hay que hacer uso de la escucha activa, que no solo presta atención a las palabras que una persona dice, sino también a su lenguaje corporal y a la comunicación no verbal y emocional en general.
La escucha activa mejorar las relaciones interpersonales porque mejora la comunicación.Si quieres saber más sobre este concepto, puedes leer nuestro artículo: “Escucha activa: la clave para comunicarse con los demás”
2. Decir lo que uno piensa sin tener en cuenta a los demás
En estas situaciones en las que no se hace uso de la escucha activa, es
frecuente que las personas digan lo que tienen ellos en mente en vez de prestar
atención plena a lo que el otro interlocutor dice. Por eso escuchar activamente
es importante, pues nos coloca en la piel de la otra persona, nos permite
entender sus verdaderas emociones y captar el mensaje apropiadamente. Esto
también favorece que la otra persona entienda que tenemos interés en lo que
dice.
En cambio, son muchas las situaciones en las que los individuos ya saben
lo que van a decir incluso antes de que el otro interlocutor haya acabado de
hablar, ya sea por los prejuicios que tiene o porque ambos tienen un conflicto,
están a la defensiva y quieren tener la razón a toda costa. De esta manera, es
imposible que la buena comunicación fluya y que el debate constructivo
aparezca.
3. ¿Hablar o decir?
Ya sea en el lenguaje escrito o hablado, no es lo mismo hablar que decir:
lo importante no es hablar o escribir mucho sino hacerlo con brevedad y
precisión. No se trata de hacer uso de muchas palabras sino de emplear la
intensidad y profundidad adecuada, de comunicar algo interesante.
4. Falta de confianza
La falta de confianza puede hacer que no expresemos apropiadamente lo que
queremos decir y, en muchos casos, puede llevar a la falta de asertividad, a no
poder expresar las opiniones de uno mismo correctamente, de no poner límites en
las relaciones y, por tanto, en la buena marcha de la comunicación.
5. Falta de credibilidad
Igual que la falta de confianza, la falta de credibilidad también es
importante a la hora de comunicarnos con otras personas, ya sea con nuestra
pareja, en una empresa o a la hora de hacer un discurso en público.
La credibilidad favorece que el otro interlocutor se sienta cómodo y, en
consecuencia, aumenta la confianza entre ambos.
6. Falta de empatía
La empatía es una habilidad social básica que es necesaria para poder
convivir con los demás. Está íntimamente relacionada con el hecho de no
expresar solamente lo que uno piensa, pues permite entender al otro
interlocutor y su punto de vista. Es clave para poder enviar un mensaje claro y
preciso.
7. La mala validación emocional
La validación emocional es un concepto que cada vez se emplea más, y lo
poseen aquellas personas con una alta inteligencia emocional. Consiste en
aceptar y dar feedback a los demás no solamente con palabras, sino también con
el lenguaje no verbal.
Favorece la buena comunicación, pues el otro individuo comprende que está
siendo entendido, reconocido y comprendido, y, en consecuencia, aumenta la
verbalización de éste.
8. Lenguaje no verbal pobre
Es frecuente que prestemos mucha atención a las palabras y olvidemos el
lenguaje no verbal. Según los resultados de una investigación llevada a cabo
por Albert Mehrabian, el componente verbal es un 35% y más del 65% es
comunicación no verbal. Esto incluye la postura corporal, el contacto visual o
los gestos.
Esto debería ocurrir de manera natural, pero en algunos casos, por
ejemplo cuando no estamos relajados, nuestro lenguaje no verbal no permite
transmitir lo que intentamos decir.
9. Mal lenguaje verbal
El tono de voz, es decir no hablar demasiado alto o bajo, arrastrar las
palabras, o utilizar demasiados términos de relleno como "ah ", “eh”
o “um" puede provocar que el mensaje con el interlocutor pierda fuerza.
Vocalizar correctamente, una buena capacidad de improvisación y, en definitiva,
decir correctamente lo que queremos que la otra persona escuche mejora la
comunicación.
10. Problemas a la hora de leer y escribir
Una buena capacidad de lectura y escritura es sumamente importante en
algunos contextos, por ejemplo, en el mundo digital: a la hora de escribir en
un blog y hacer llegar el mensaje de una compañía a un posible cliente o a la
hora de enviar un correo electrónico a un reclutador para seducirle y hacerle
ver que somos los mejores candidatos.
No leer bien o escribir bien afecta claramente a la comprensión y
expresión del mensaje en estos contextos.
11. Falta de respeto
Las personas nos abrimos más a los demás cuando nos respetan, por lo que
el respeto es una habilidad comunicativa básica que debemos tener en cuenta a
la hora de comunicar eficazmente. Es igual de importante como mostrar credibilidad.
En una relación de pareja, por ejemplo, una señal de afecto o un bonito gesto
demuestra que respetamos a nuestra amado/a y, en consecuencia, mejora la
cercanía, la confianza y la comunicación con esa persona.
12. Mala persuasión y capacidad de negociación
La persuasión permite transformar ideas, creencias, conductas y
actitudes, satisfaciendo de esta manera las necesidades de ambos
interlocutores, es clave en el entorno de los negocios, pero también en la vida
cotidiana.
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