La personalidad se usa con muchísima frecuencia y nos que sirve para
describir las características de una persona, es decir la forma de ser que
tiene una persona. Ya que también dentro de la forma de ser de una persona
intervienen muchos factores. Se forma por un carácter y un temperamento sabemos
que cada persona tiene su propia personalidad, que nos hace únicos. Al nacer no
tenemos una personalidad defina, tenemos cierta disposición genética a ser de
una o otra manera que se irá configurando con la experiencia de la vida.
Podemos decir que la personalidad tiene una parte determinada por los genes, el
temperamento, que se va configurando de las experiencias que se vive. El
temperamento y el carácter delimitan la personalidad de cada persona.
La identidad es el
conjunto de características, actitudes, competencias y capacidades que definen
a una persona. Se va construyendo en los primeros años de vida. Empieza cuando
el niño toma conciencia de sí mismo como una persona diferente a quienes lo
rodean, e intenta definirse a sí mismo. Su entorno familiar, las interacciones
y el contexto en el que se desarrolla influyen, en gran medida, en la formación
de su identidad personal.
La socialización es un proceso mediante el cual un individuo se convierte
en un miembro del grupo y llega a asumir las pautas de comportamiento de ese
grupo normas, valores, actitudes, etc.
Identidad Social y Comportamiento Colectivo
El concepto de identidad es uno de los más importantes de toda la
psicología y, en consecuencia, uno de los más útiles para entender la conducta
humana, y tal vez más, si cabe, la conducta colectiva. De ahí que exista una
fuerte relación entre identidad y comportamiento colectivo, al menos en dos
sentidos.
Cada individuo que nace como
miembro potencial de dicha sociedad o cultura, se ve en la necesidad de actuar
de acuerdo con dichas normas, hacer suyos tales valores, adquirir determinadas
configuraciones o estilos cognitivos e interiorizar unas peculiares formas de
respuesta a los estímulos interpersonales. Este proceso de aprendizaje e
interiorización, se llama proceso de socialización». De ahí que a través de los
procesos de socialización vayamos internalizando la estructura social, así como
las normas y valores sociales, y los vayamos asimilando para construir nuestra
propia personalidad, es decir, para constituirnos a nosotros como personas,
personalidad y personas que, por consiguiente, reflejarán la sociedad y los
colectivos en los que nos hemos educado y socializado.
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